Reintroducción en la Península Ibérica

LA RE-INTRODUCCIÓN DEL CASTOR EN LA PENÍNSULA IBÉRICA

En el año 2003, fueron re-introducidos de manera ilegal, 18 castores entre los tramos bajos del río Aragón y tramos medios del río Ebro, en zonas correspondientes a las Comunidades Autónomas de Navarra y La Rioja. Por la forma de como se llevó a cabo dicha re-introducción y, tras las quejas de particulares respecto a los daños que los castores ocasionaban en fincas agrícolas, los Gobiernos de estas comunidades procedieron a su captura. Algunos de los castores capturados fueron enviados a zoológicos, a centros para su estudio aunque la mayoría de los  castores capturados, se les aplicó la eutanasia.

Los castores re-introducidos corresponden a la especie Castor fiber y fueron traídos desde Alemania. En la actualidad solo existen dos especies del género castor: Castor europeo (Castor fiber) y castor americano (Castor canadensis). El castor europeo o euroasiático, se distribuye por casi todo el hemisferio norte de Europa y Asia y, el castor americano,  se encuentra en América del norte. Hay que decir que se hicieron introducciones, estas legales, de castor americano en Patagonia y en zonas de Holanda y Finlandia. Ambas especies de castor son anatómicamente casi idénticas e idéntico comportamiento pero sin embargo son especies distintas al tener distinto número de cromosomas; 48 el europeo; 40 el americano, lo cual significa que no se pueden hibridar.

Debido a la gran presión ejercida por la caza a la que fueron sometidos, los castores se fueron extinguiendo paulatinamente de Europa y Asia hasta tal punto que a finales del siglo XIX principios del siglo XX, se calculaba que solo quedaban unos 1.200 castores (D.J.Halley). En el año 1.922 Suecia fue el primer país que inicio la re-introducción de castores a la que le han seguido 20 países más, lo que ha supuesto que a día de hoy el castor ya no está en peligro de extinción pero si tiene el estatus de especie en especial protección según la directiva europea 92/94 CEE 1992. Esta directiva, va encaminada a especies de animales de interés comunitario para cuya conservación es necesario designar zonas especiales de conservación.

 

En marzo de 2005, se detecta y confirma por primera vez la existencia de castores en los ríos Ebro y Aragón. (CASTOR EUROPEO EN NAVARRA Y LA RIOJA ) Juan Carlos Ceña, Iosu Alfaro, Alfonso Ceña, Uxue Itoiz, Gabriel Berasategui, Itsaso Bidegain).

Lo interesante de este informe son las recomendaciones y análisis final que no fueron tenidas en cuenta por las autoridades competentes. Cito literalmente:

El castor europeo se encuentra protegido por varias Directivas del Consejo de Europa. De su presencia no suelen derivarse daños importantes a los intereses humanos; excepcionalmente, en situaciones de alta densidad de población, cuando algunos grupos familiares ocupan hábitats marginales, pueden producir afecciones locales en árboles cultivados (choperas) o en las conducciones hidráulicas (Halley y Rosell 2002). De cara a poder realizar una gestión adecuada de la especie, en esta nueva área de presencia, pensamos que sería conveniente promover las siguientes actuaciones: 1) definir con precisión el área de ocupación actual y realizar un seguimiento de la dinámica de su población, 2) poner en marcha un estudio de la biología y ecología de estos animales y 3) adoptar las medidas legales y administrativas (información a los colectivos implicados, regulación de usos, etcétera) necesarias
para garantizar su conservación.

¿Qué les motivó a llevar a cabo esta re-introducción?

Este viaje que voy a realizar por los ríos de Europa donde se han llevado a cabo re-introducciones de castores, espero que me de la respuesta a la pregunta de arriba. No obstante, cuando una acción de este tipo se lleva a cabo y, no hay intereses económicos de quien la hace, requiere de un análisis el cual me atrevo a aventurar.

Cangrejo rojo americano (Procambarus clarkii) Foto: Javier Fabo

En 1973 , el cangrejo rojo americano (Procambarus clarkii) fué introducido en la Península Ibérica procedente de las marismas de Luisiana, USA, con el fin de potenciar el creciente mercado de la carne de cangrejo.
La introducción se llevó a cabo a gran escala en las marismas del Guadalquivir, donde el cangrejo común (Austropotamobius pallipes), estaba ausente y con la colaboración institucional del ICONA. La aclimatación de la especie fue un éxito y pronto comenzó a explotarse comercialmente. El beneficio económico que reportaba la facilidad de encontrar cangrejos vivos en el mercado animó a otras personas de zonas con hábitats similares a repetir la experiencia, y así el cangrejo rojo pronto fue introducido en los arrozales de Valencia y en el Delta del Ebro.
La dispersión natural del cangrejo y su introducción por parte de cangrejeros en los diversos ríos y ecosistemas acuáticos ibéricos, hicieron que el cangrejo rojo pronto se extendiese por toda la península. Pero estas introducciones pronto pasaron factura. El cangrejo rojo es portador de la peste del cangrejo o afanomicosis, una enfermedad causada por el hongo Aphanomyces astaci que tiene un efecto devastador sobre las poblaciones de cangrejo de río europeo. El cangrejo autóctono, muy afectado ya por la pérdida de calidad de las aguas de los ríos en los que habita, fue diezmado por la afanomicosis que portaba consigo el cangrejo americano. Pronto las densas poblaciones de cangrejo de río no fueron más que un recuerdo, y sólo en las cabeceras de algunos ríos de aguas limpias y frías, inaccesibles para el cangrejo rojo, sobrevive la especie que hoy está catalogada como en peligro de extinción en muchas partes de España.

La pesca del cangrejo rojo americano y su influencia en el entorno del parque de Doñana. Fernando Molina Vazquez.
 ICONA -Instituto para la Conservación de la Naturaleza. Sustituida en 1991 por Dirección General de conservación de la naturaleza.

Este texto, es solo un ejemplo de las consecuencias de la introducción de una especie alóctona por intereses económicos. Hay muchas más y esta me ha parecido la más significativa.

Para entender a donde quiero llegar, también me parece interesante conocer otro caso muy singular, el llevado a cabo  en 1946 y, que muchos la comparan con la re-introducción de castores en el Ebro.  Me estoy refiriendo a la introducción de castores en Tierra de Fuego, Argentina.

En el año 1946 y por iniciativa del Ministerio de Marina argentino, fueron introducidas 25 parejas reproductoras del castor americano, Castor canadensis, en el lago Fagnano de la Isla Grande de Tierra de Fuego, con el fin de estimular la industria peletera argentina. Pocos años después de la introducción, las empresas peleteras se marcharon por la poca rentabilidad de la operación, dejando los castores a su suerte.
Desde entonces, se ha dispersado a otras islas más pequeñas y al territorio continental, sobre un área de aproximadamente 7 millones de hectáreas en la que ocupan al menos 27.000 km de cursos de agua.

Estudio de factabilidad de erradicar el castor americano (Castor canadensis) en la Patagonia. J.P. Parkes, J. Paulson, C.J. Donlan , K. Campbell.

Bosque ribereño de Nothofagus spp. matado por castores en un sitio abandonado. Fotografía incluida en dicho informe.

Como he comentado, los castores siempre han estado restringidos al hemisferio norte por lo que nunca antes hubo castores en Patagonia, es decir, el ecosistema no está adaptado. El árbol más común en Tierra de Fuego es el Lenga (Notfagus pumilio, betuloide, antartica). Este árbol no soporta la inundación por lo que la mayoría de estos árboles muere por ello. Sus semillas tampoco pueden germinar en zonas anegadas. Esto provoca que el bosque que bordea a los ríos donde los castores construyen presas, acaba muriendo.

Todo lo contrario ocurre en los ríos de la Península Ibérica donde la vegetación si que soporta la inundación y los árboles que son talados por los castores, sauces y álamos principalmente, vuelven a retoñar. La propagación de semillas de estos árboles envueltas en pelusa, se depositan en las margenes de los ríos provocando una explosión de vegetación cada verano al darse las condiciones optima,  suelos húmedos y calor.

Miles de brotes de álamos y sauces brotan en las playas de gravas junto a la orilla del río.

 

Álamo cortado por castor estilo lapicero, volviendo a retoñar.

Toda esta vegetación espontanea que nace en las riberas de los ríos, es la comida preferida por los castores. A diferencia de lo que está ocurriendo en la Patagonia, el castor realiza una función de «limpieza» renovando la vegetación, trabajo que suelen realizar las dragadoras.

Isla donde la vegetación arbórea está totalmente controlada por los castores. Este es un buen ejemplo de la labor de poda que hacen estos roedores. Además, los castores construyen canales para acceder al interior de la isla. Estos canales junto a pequeñas balsas, son el lugar idónea para la freza de peces y anfibios. Una doble función. Río Aragón, Marcilla de Navarra.

 

Tras mi viaje por los ríos de Holanda, Belgica y  principalmente Francia, he podido comprobar su estado ecológico y la mayor parte de ellos, están muy humanizados y exceptuando los tramos altos, los castores tienen pocas posibilidades de aumentar su población. Los castores son pequeños balones de oxigeno para estos ríos. Su protección supone proteger también el entorno que los castores ocupan.

La mayor parte de los ríos de la Península Ibérica también se encuentran en un estado muy reprobable. Algunos han desaparecido, otros apenas llevan caudal y abundan los embalses, centrales eléctricas etc. España es el país que mas embalses tiene, por habitante, del mundo.

Con esto lo que quiero decir es que urgía re-introducir castores en los maltrechos ríos españoles. Ojala se hubiera hecho de una manera legal y controlada, pero no había tiempo que perder. No he podido conocer personalmente los motivos que les indujeron a llevar a cabo esta re-introducción y si eran cocientes de las repercusiones que su acción iba a generar. De lo que si soy consciente es de que no se puede consentir perder más ríos.

El castor de esta fotografía es, probablemente, uno de los re-introducidos en el año 2003. En el 2014 le perdí la pista y su madriguera actualmente la ocupan otra pareja de castores manteniendo un grupo familiar.

 

Han pasado 15 años desde que se llevo a cabo la re introducción y, a pesar de los medios que las Comunidades Autónomas pusieron para erradicarlos, los castores ya ocupan gran parte del río Ebro y sus afluentes.  La Comisión Europea considera al castor como especie naturalizada y así se lo ha trasmitido al Gobierno Español. El castor es especie de especial protección por lo que toca, no solo protegerlos a ellos, si no también el espacio que ocupan que no es otra cosa que el río.

DAÑOS y PERJUICIOS

En las distintas charlas y conferencias que he dado estos últimos años sobre el castor, cuando llega el turno de las preguntas, se que entre los asistentes hay algún damnificado que levanta la mano y me dice:  – Todo lo que usted cuenta está muy bien, pero … A mí quién me paga los daños?

Durante varias generaciones, los agricultores han trabajado las tierras junto a los ríos. Unos aceptan que sus tierras sean anegadas por las riadas dada su proximidad al río y otros culpan al río exigiendo daños y perjuicios.

Ahora se les suma el daño que los castores les ocasionan, sobre todo a choperas y frutales.  Ante el «limbo» legal de los castores en España, es lógico el malestar de los agricultores por pequeños que sean los daños. 

Peral atacado por castores. Río Añamaza, Fitero.

 

Chopera de Populus canadensis dedicada a la producción de madera, atacada por castores. Marcilla

 

Ante esta nueva perspectiva, los damnificados por daños producidos por castores, pueden acudir al Departamento de Medio Ambiente, denunciar los daños y solicitar ayudas para poner los medios para evitarlos. Eliminar los castores re-introducidos ya no es la solución, más aún tras el fracaso y el alto coste que supuso el intento que llevaron a cabo las Comunidades Autónomas afectadas. Actualmente el castor sigue extendiéndose por el valle del Ebro luego, intentar su erradicación ya sería casi imposible y a un coste inasequible,  por lo tanto, lo que toca es aceptarlo y poner los medios.

Con dejar un margen de 30 metros entre el río y la finca y plantar especies de ribera en esa franja, el problema estaría resuelto. Como se que esta opción todavía está muy lejos de que ocurra, más aún teniendo en cuenta que cuando un río atraviesa un pueblo o Ciudad las márgenes son parques con árboles ornamentales, voy a exponer distintas opciones que pueden llevarse a cabo para evitar o mitigar los daños por castores.

Álamo blanco protegido contra los castores con malla conejera. Laguna de la Isla en el Territorio Visón, Marcilla.

En parques o paseos donde hay árboles ornamentales, lo normal es poner mallas tipo conejeras alrededor del árbol. La malla tendrá como mínimo un metro de altura. En función del crecimiento vegetativo del árbol, la malla se pondrá más justa o más holgada al tronco. En mallas holgadas al tronco, se puede sujetar con una estaca a fin de darle más consistencia. 

En las choperas para la producción de madera, lo más eficaz para evitar los daños es colocar malla cinegética  en la zona más expuesta. Esta tendrá un metro de altura como mínimo y los soportes, si son de madera, se colocan por dentro. También se llega a utilizar el pastor eléctrico adaptado. Su eficacia está garantizada aunque requiere de mantenimiento y también está expuesto a los robos de las baterías.

Hay que tener en cuenta un detalle importante. Los mayores daños se producen en ríos pequeños ya que las fincas de frutales, olivos, están en la misma orilla del río. Cuando un castor se instala en en el lugar que ha elegido, lo primero que busca es madera para construir una pequeña presa y le da igual que sea comestible o no. Si el dueño de la finca desace la presa, el castor, que es incansable, volverá a necesitar más madera.  

Envase de 10 kilos de repelente para castores.

Existe en el mercado un repelente para castores de cuya eficacia todavía no puedo confirmar. No se comercializa en España, así que lo tuve que comprar a través de una hermana que tengo en Francia. El repelente lo aplicamos a unos 30 perales plantados en espaldera y lo aplicamos únicamente a los troncos. Los perales tienen una corteza muy rugosa lo que dificulta su aplicación y disminuye su eficacia. Además, los troncos son de poca altura, entre 30 y 70 cm por lo que muchas de las ramas si están expuestas al ataque de los castores. 

Se trata de una pasta bastante espesa compuesta de pequeñas piedrecitas que al aplicarlo al tronco, se quedan adheridas. El castor cuando trata de morder el tronco, sus dientes chocan con esta película de pequeñas piedras. Al parecer no le gusta y se retira. Transcurrido un año tras la aplicación, el efecto producido por el repelente es satisfactorio para los troncos, pero no para las ramas bajeras. Ahora toca esperar y ver que ocurre a los 2 años etc. 

Rama de peral con repelente y mordida por castor. En un año, este es el único tronco atacado por el castor.  Marcó los dientes pero no llego a llevarse la astilla.

 

 

Los fantasmas del pasado

A pesar que hoy en día los castores del Ebro no tienen depredadores naturales, exceptuando quizás cuando son crías, siguen comportándose como si los tuvieran. Construyen sus madrigueras como en el pasado, fuera del alcance de osos, lobos, hienas. Sus hábitos son principalmente nocturnos y desconfían de cualquier sonido u obstáculo que se sale de lo habitual. No se de que se asusta en el vídeo, pudo ser del imperceptible click de la cámara o que ese pequeño bulto ayer no estaba, quien sabe. El caso es que no se para a analizar si es amigo o enemigo.